Definir arte no es tarea fácil, puesto que para muchos es algo que no se puede encerrar según caprichos optimistas. El arte como resistencia, critica y denuncia, en palabras de Debord se esteriliza y se difunde. Se castra el arte y solo hay cabida para expresiones conformistas, superficiales y carentes de sentido que se limitan a repetir lo ya dicho, aunque para muchos parezca innovadora la forma. Mientras que para unos se masifica para otros se especifica para una minoría intelectualoide, ilustrada y pudiente, con delirio de grandeza, gente de pensamiento critico pero de actuar conformista. Pero a pesar de la degeneración del artista, existe una visión y acción con la que me quedo y es la dicha y ejemplificada por el español Josep Renau. “No fue sólo uno de los artistas más relevantes del siglo XX en España; fue también un dirigente político, un intelectual que escribió defendiendo su concepción del arte, y un militante comunista.”
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